Decreto de Mons. Juan Antonio Reig Pla referido al Año Jubilar Mariano en honor de la Santísima Virgen de la Victoria de Lepanto

Con ocasión del 450 aniversario de la victoria atribuida a la poderosa intercesión de la Madre de Dios, en la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571:

 

Decreto del Obispo de Alcalá de Henares Mons. Juan Antonio Reig Pla


 

ANEXOS

Decretos de la Penitenciaría Apostólica

La Penitenciaría Apostólica, en nombre del Santo Padre el Papa Francisco, ha concedido a la diócesis de Alcalá de Henares la gracia de un Año Jubilar Mariano, con el don de la Indulgencia plenaria, con motivo del 450 aniversario de la Virgen de la Victoria de Lepanto venerada en Villarejo de Salvanés. El decreto está firmado en Roma el 7 de octubre de 2020 por el cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor.

Cuando en 1571 el Papa San Pío V organizó la Liga Santa frente a los otomanos, encargó a Juan de Austria que dirigiera la Armada española y a cuantos colaboraron en la contienda. Por su parte Felipe II propuso a Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla de la Orden de Santiago, como Vicealmirante y hombre de confianza de Juan de Austria que contaba con la edad de veinticuatro años.

Luis de Requesens, nacido en Barcelona, tenía su sede como Comendador Mayor en Villarejo de Salvanés y había sido embajador de España ante la Santa Sede en Roma. Concluida la batalla de Lepanto era tanta la gratitud a la Santísima Virgen María, que él llevaba en la proa de su propio barco, que suplicó al Papa San Pío V la concesión de erigir un convento en Villarejo de Salvanés y entronizar allí una imagen de la Virgen que, según la tradición le regaló el mismo Papa. El convento se confió a los franciscanos y la imagen de la Virgen llevó el nombre de Nuestra Señora la Virgen de la Victoria de Lepanto.

Desde entonces fue creciendo en Villarejo de Salvanés, y en otros pueblos de la diócesis de Alcalá de Henares, la devoción a la Virgen de la Victoria y se propagó el rezo del Santo Rosario y las Cofradías que tenían como objetivo su difusión. Como dijo el ingenio de las letras Miguel de Cervantes, nacido en Alcalá de Henares, la batalla de Lepanto fue «la más alta ocasión que vieron los siglos». Hoy nuestro combate para la nueva evangelización tiene características muy diferentes. Pero del mismo modo que en aquella ocasión se invocó a María para salir vencedores en la batalla, nosotros queremos promover en toda la diócesis, y para cuantos nos visiten, un gran movimiento orante sirviéndonos del rezo del Santo Rosario. Esta es la mejor estrategia para ganar el corazón de quienes, con humildad, invoquen a María para alcanzar la salvación que sólo su Hijo Jesucristo, nos puede lograr.

A continuación presentamos los decretos de la Penitenciaría Apostólica en lengua latina y traducidos al español.