Educar y formar la conciencia

“II. La formación de la conciencia

1783. Hay que formar la conciencia, y esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verdadero querido por la sabiduría del Creador. La educación de la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentados por el pecado a preferir su propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas.

1784. La educación de la conciencia es una tarea de toda la vida. Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente enseña la virtud; preserva o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. La educación de la conciencia garantiza la libertad y engendra la paz del corazón.

1785. En la formación de la conciencia, la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar; es preciso que la asimilemos en la fe y la oración, y la pongamos en práctica. Es preciso también que examinemos nuestra conciencia atendiendo a la cruz del Señor. Estamos asistidos por los dones del Espíritu Santo, ayudados por el testimonio o los consejos de otros y guiados por la enseñanza autorizada de la Iglesia (cf DH 14).” (Discurso al Jubileo del mundo científico. 25-05-2000. Juan Pablo II)

 

Educar la conciencia [Monografía] (2003)
Autor: Aberasturi y Martínez, José Luis
Editorial: Ediciones Palabra, S.A.
ISBN 13: 978-84-8239-506-7 / ISBN 10: 84-8239-506-8

La formación de la conciencia [Monografía] (2001)
Autor: Cabellos Llorente, Pablo
Editorial: Ediciones Palabra, S.A.
ISBN 13: 978-84-8239-499-2 / ISBN 10: 84-8239-499-1