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Celebración de San Valentín en Alcalá de Henares

Santa e Insigne Catedral-Magistral de los Santos Niños Justo y Pastor, Alcalá de Henares

Sábado, 13 de febrero de 2021, 18:45 horas

Presidió: Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo Complutense


El sábado 13 de febrero de 2021, víspera de San Valentín, la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares abrió sus puertas para la celebración de la ya tradicional «Vigilia del amor humano», que fue presidida por Mons. Juan Antonio Reig Pla.

Tras el rezo del Santo Rosario ante el Santísimo Sacramento expuesto, se celebró la Santa Misa. En ella elevamos nuestra oración por los matrimonios, especialmente por los que tienen dificultades, separados o divorciados; por los novios, los prometidos y por toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Un matrimonio, una mujer que ha quedado viuda recientemente y un varón separado de su esposa, pero que se mantiene fiel al sacramento del matrimonio, ofrecieron sus testimonios y explicaron cómo el Señor está interviniendo en sus vidas para enseñarles a amar y crecer en el amor, cada uno en su situación particular.

En la Catedral-Magistral tuvieron un lugar reservado las madres gestantes, así como los prometidos que se unirán en santo matrimonio en 2021, los esposos que cumplían su primer año de casados y los matrimonios que celebran sus bodas de plata u oro este año. La Vigilia terminó con la bendición de todos los asistentes bajo el manto de la Virgen del Val, patrona de Alcalá, de manera especial los novios, los matrimonios y las madres gestantes. Un año más, celebramos juntos la fidelidad de Dios y su designio de amor que da plenitud al amor humano y sana nuestros afectos.

 


 



 


 

Marc Chagall. Le Cantique des Cantiques III. 1960

Otras iniciativas familiares de la Diócesis de Alcalá de Henares:


«Tobías, recordando lo que le había dicho Rafael, sacó de la bolsa el hígado y el corazón del pez y los arrojó en el brasero del incienso. El olor del pez expulsó al demonio, que huyó volando hasta la región de Egipto. Rafael salió inmediatamente tras él y lo retuvo allí, atado de pies y manos. Cuando todos hubieron salido y cerrado la puerta de la habitación, Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: «Levántate, mujer. Vamos a rezar pidiendo a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos proteja». Ella se levantó, y comenzaron a suplicar la protección del Señor. Tobías oró así: «Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito tu nombre por siempre. Que por siempre te alaben los cielos y todas tus criaturas. Tú creaste a Adán y le diste a Eva, su mujer, como ayuda y apoyo. De ellos nació la estirpe humana. Tú dijiste: “No es bueno que el hombre esté solo; hagámosle una ayuda semejante a él”. Al casarme ahora con esta mujer, no lo hago por impuro deseo, sino con la mejor intención. Ten misericordia de nosotros y haz que lleguemos juntos a la vejez». Los dos dijeron: «Amén, amén». Y durmieron toda la noche. Ragüel se levantó y fue con sus criados a cavar una fosa, pues se dijo: «Es posible que haya perecido, y ello nos convierta en burla y escarnio para la gente». Cuando terminaron de cavar la fosa, Ragüel volvió a casa, llamó a su mujer y le dijo: «Manda que vaya una criada a ver si está vivo. Si ha muerto, lo enterraremos sin que nadie se entere». Encendieron una lámpara, abrieron la puerta e hicieron entrar a la criada. Ella los encontró acostados, durmiendo los dos juntos. Salió y les dijo: «Está vivo. No le ha pasado nada». Entonces Ragüel dio gracias al Dios del cielo: «Bendito seas, Dios, con toda verdad. Que te bendigan todos los siglos. Bendito seas por el gozo que me das: no ha pasado lo que me temía, y nos has mostrado tu gran misericordia. Bendito seas por haberte compadecido de estos dos hijos únicos. Señor, derrama sobre ellos tu misericordia y protección. Concédeles larga vida de amor y felicidad». Después ordenó a los criados que cerraran la fosa antes del amanecer.» (Tb 8, 2-18).



 

La primacía de la gracia: para orar y meditar: «El principio de la primacía de la gracia debe ser un faro que alumbre permanentemente nuestras reflexiones sobre la evangelización» (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, n. 112)


 

El Buen Samaritano de Gustave Doré

 


 

Un modo diferente de celebrar San Valentín