ÁLBUM DE FOTOS
Crónica de la peregrinación a Tierra Santa de los jóvenes adultos del Grupo Frassati

Entre el 15 y el 22 de agosto, los jóvenes adultos del Grupo Frassati de la Diócesis de Alcalá de Henares peregrinaron a Tierra Santa y participaron en unos ejercicios espirituales durante los que pudieron rezar, meditar y adorar en los lugares donde se desarrolló la vida de Nuestro Señor Jesucristo. El viaje, en el que también participaron personas de otras partes de España, fue organizado por Presstour Peregrinaciones y el padre Nacho Figueroa, párroco de la Parroquia de San Isidro Labrador de Alcalá de Henares, quien hizo de guía en los Santos Lugares y dirigió las meditaciones junto al padre David Calahorra, párroco de la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva de la ciudad complutense y Delegado de Juventud de la Diócesis.

Con los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola como hilo conductor, los 36 peregrinos recorrieron los territorios donde los Evangelios sitúan los momentos claves del Nuevo Testamento, empezando en Ain Karem, hogar de san Juan Bautista, y terminando en el Santo Sepulcro de Jerusalén, pasando por enclaves tan emblemáticos como Nazaret, Belén, el desierto de Judea o el Huerto de los Olivos. Junto al Río Jordán, los jóvenes renovaron las promesas del Bautismo y, en Caná de Galilea, los esposos hicieron lo propio con sus votos matrimoniales.

En cada Santo Lugar, fuera iglesia, espacio natural o resto arqueológico, los peregrinos pudieron escuchar el pasaje evangélico correspondiente, meditar la Palabra de Dios y orar ante aquellos escenarios que fueron testigos de la presencia del Señor. Además, en algunos de estos Santos Lugares se celebró la Santa Misa, se rezaron Laudes o Vísperas o se acompañó a la Virgen en la oración del Rosario.

Este grupo de jóvenes adultos también fue testigo de la compleja situación sociopolítica que se vive en estos territorios, gracias, sobre todo, al testimonio de Inmaculada, joven originaria de Torres de la Alameda, y a su marido Charlie, palestino católico de Belén, quienes se unieron al grupo durante dos días y compartieron con él las dificultades a las que se enfrentan los cristianos de Tierra Santa. Los peregrinos también escucharon el testimonio de los católicos de Betfagé (la aldea desde la que Cristo partió subido en un pollino hacia su entrada triunfal en Jerusalén), con quienes compartieron, además, un momento muy especial de comunión, al celebrar juntos la Santa Misa en español y en árabe.

Tras 7 días de peregrinación y a pesar del calor, el cansancio y las aglomeraciones, el sentimiento que predominaba entre los peregrinos del Grupo Frassati era el de agradecimiento. Por un lado, agradecimiento a quienes hicieron posible esta experiencia y, por otro, al Señor, por las numerosas gracias con que mimó a todos los peregrinos y por el regalo de poder recorrer las tierras donde predicó, murió y resucitó. Unas tierras que son testigo mudo de un Dios que no solo se hizo carne en un momento concreto de la historia humana, sino que sigue presente hoy en la Eucaristía y hace de cada sagrario otra Tierra Santa.