Ideología de género - gender
(Filosofía de género o perspectiva de género o teoría de género) y sus
evoluciones (teorías queer y cyborg, transhumanismo y
posthumanismo). Capitalismo tecno-nihilista y la llamada tecno-redención

Eva es presentada a
Adán por el mismo Dios
El Bosco, El Jardín de las Delicias, detalle
Como propuesta a la libertad de nuestros lectores, y desde el más exquisito respeto hacia todas
las personas,
se introduce en este apartado, a la luz del Magisterio de la Iglesia
Católica, una primera aproximación al tema de la llamada ideología de
género y de sus evoluciones: las teorías queer y cyborg, el
transhumanismo y el posthumanismo. También ofrecemos algunos textos de
Mons. Juan Antonio Reig Pla sobre el capitalismo tecno-nihilista y la
llamada tecno-redención.
La Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia
Católica explicitan que Dios «varón y mujer los creó» (Gen 1, 27); por tanto, no fueron
creadas otras identidades.
Esta Sección de nuestra página web ha sido
sustancialmente ampliada con textos del Santo Padre el Papa Francisco y
con otros documentos del Magisterio de la Iglesia Católica.
Introducción
Papa Francisco, Encíclica Laudato Si', n.
155:
“La
aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger
y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras
una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una
lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir
el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial
para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio
cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a
sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible
aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del
Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana
una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no
sabe confrontarse con la misma»[121].»” (Encíclica Laudato Si',
n. 155).
Papa Benedicto XVI, Discurso a la
Curia Romana con motivo de las
felicitaciones navideñas, 21 de
diciembre de 2012:
[Según la filosofía de género (gender)], «el sexo ya no es un
dato
originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar
personalmente
de sentido (...). El hombre niega tener una naturaleza preconstituida
por su
corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza
y decide
que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él
mismo quien
se la debe crear. Según el relato bíblico de la creación, el haber sido
creada
por Dios como varón y mujer pertenece a la esencia de la criatura
humana. Esta
dualidad es esencial para el ser humano, tal como Dios la ha dado.
Precisamente
esta dualidad como dato originario es lo que se impugna. Ya no es
válido lo que
leemos en el relato de la creación: «Hombre y mujer los creó» (Gn
1,27). No, lo
que vale ahora es que no ha sido Él quien los creó varón o mujer, sino
que
hasta ahora ha sido la sociedad la que lo ha determinado, y ahora somos
nosotros mismos quienes hemos de decidir sobre esto. Hombre y mujer
como
realidad de la creación, como naturaleza de la persona humana, ya no
existen.
El hombre niega su propia naturaleza. Ahora él es sólo espíritu y
voluntad. La
manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere
al
medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre
respecto a
sí mismo».
Papa San Juan Pablo II, Audiencia General, 9-4-1986:
«"Dios
creó al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y
los creó varón y mujer" (Gen 1, 27). En esta frase
impresiona el triple uso del verbo "creó" (bará), que parece dar
testimonio de una especial importancia e "intensidad" del acto creador.
Esta misma indicación parece que debe deducirse del hecho de que,
mientras cada uno de los días de la creación se concluye con la
anotación: "Vio Dios ser bueno" (cf. Gen 1, 3. 10. 12. 18. 21.
25), después de la creación del hombre, el sexto día, se dice
que "vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho" (Gen 1,
31).»
Papa San Juan XXIII, Discurso a los participantes en un curso de estudio
sobre el tema: «La mujer y la profesión», organizado por la Universidad
católica del Sagrado Corazón, 6-9-1961:
«Si la igualdad de derechos, proclamada con
razón, debe reconocerse en todo aquello que es propio de la persona y
de la dignidad humana, de ningún modo implica igualdad de funciones. El
Creador ha dado a la mujer cualidades, inclinaciones y disposiciones
naturales que le son propias en diverso grado que al hombre; esto
quiere decir que le han sido asignadas tareas especiales. No distinguir
bien esta diversidad de las respectivas funciones del hombre y de la
mujer, más aún su necesaria complementariedad, sería contra la
naturaleza y se terminaría por envilecer a la mujer y quitarle el
fundamento de su dignidad».
Juan
Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares, Edificar la Iglesia
doméstica. Prácticas familiares para habitar en la Iglesia, nota
19,
28-6-2017
«Feminismos
ideológicos (constructivistas, etc.), ideología
de género, teoría queer,
teoría cyborg ,
transhumanismo y poshumanismo. Estas ideologías vienen desarrollándose
en un contexto mundialista de capitalismo
tecno-nihilista que
- para hacer de todo mercancía, incluido el cuerpo - “fagocita” e
“integra” en el “sistema” toda disidencia, incluso las propuestas de
matriz marxista a las que “domestica” y “comercializa. En el “sistema”,
conjugando la cultura de la muerte y la idolatría del dinero, parece
que se hace fuerte como alternativa a Dios-creador-redentor la llamada tecno-redención».
Algunos
textos de la Biblia citados en el Catecismo de la Iglesia Católica
» Génesis
19, 1-29
» Carta
a los
Romanos 1, 24-27
» Primera
carta a
los Corintios 6, 9-10
» Primera
carta a
Timoteo 1, 10
Algunos textos de la Santa Sede
Catecismo de la Iglesia Católica
«2331 “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio
de comunión personal de amor. Creándola a su imagen [...] Dios inscribe
en la
humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y
consiguientemente la
capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión” (FC
11).
“Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los
creó” (Gn
1, 27). “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios
creó al
hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo,
y los
llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gn 5, 1-2).
2332 La sexualidad abraza todos los aspectos de la
persona humana,
en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la
afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más
general, a
la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro.
2333 Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y
aceptar su identidad sexual. La diferencia y la complementariedad
físicas, morales
y espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio y al
desarrollo de
la vida familiar. La armonía de la pareja humana y de la sociedad
depende en
parte de la manera en que son vividas entre los sexos la
complementariedad, la
necesidad y el apoyo mutuos.
2334 «Creando al hombre “varón y mujer”, Dios da la dignidad
personal de
igual modo al hombre y a la mujer» (FC
22; cf GS
49, 2). “El hombre es una persona, y esto se aplica en la misma medida
al
hombre y a la mujer, porque los dos fueron creados a imagen y semejanza
de un
Dios personal” (MD
6).
2335
Cada uno de los dos sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera
distinta, imagen del poder y de la ternura de Dios. La unión del
hombre y de
la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne la
generosidad y la fecundidad del Creador: “El hombre deja a su padre y a
su
madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (Gn 2,
24). De
esta unión proceden todas las generaciones humanas (cf Gn 4,
1-2.25-26;
5, 1).»
Algunos textos de los últimos Papas
Papa Francisco
«Iniciamos
con un breve comentario al primer relato de la creación, en el libro
del Génesis. Allí leemos que Dios, después de crear el universo y todos
los seres vivientes, creó la obra maestra, o sea, el ser humano, que
hizo a su imagen: «a imagen de Dios lo creó: varón y mujer los creó» (Gen
1, 27), así dice el libro del Génesis.
Y como todos sabemos, la
diferencia sexual está presente en muchas formas de vida, en la larga
serie de los seres vivos. Pero sólo en el hombre y en la mujer esa
diferencia lleva en sí la imagen y la semejanza de Dios: el texto
bíblico lo repite tres veces en dos versículos (26-27): hombre y mujer
son imagen y semejanza de Dios. Esto nos dice que no sólo el hombre en
su individualidad es imagen de Dios, no sólo la mujer en su
individualidad es imagen de Dios, sino también el hombre y la mujer,
como pareja, son imagen de Dios. La diferencia entre hombre y mujer no
es para la contraposición, o subordinación, sino para la comunión y la
generación, siempre a imagen y semejanza de Dios.
La experiencia nos lo
enseña: para conocerse bien y crecer armónicamente el ser humano
necesita de la reciprocidad entre hombre y mujer. Cuando esto no se da,
se ven las consecuencias. Estamos hechos para escucharnos y ayudarnos
mutuamente. Podemos decir que sin el enriquecimiento recíproco en esta
relación —en el pensamiento y en la acción, en los afectos y en el
trabajo, incluso en la fe— los dos no pueden ni siquiera comprender en
profundidad lo que significa ser hombre y mujer.
La cultura moderna y
contemporánea ha abierto nuevos espacios, nuevas libertades y nuevas
profundidades para el enriquecimiento de la comprensión de esta
diferencia. Pero ha introducido también muchas dudas y mucho
escepticismo. Por ejemplo, yo me pregunto si la así llamada teoría del gender
no sea también expresión de una frustración y de una resignación,
orientada a cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe
confrontarse con la misma. Sí, corremos el riesgo de dar un paso hacia
atrás. La remoción de la diferencia, en efecto, es el problema, no la
solución.» (Audiencia General,
15-4-2015).
«Otro
desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente
llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad
natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin
diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia.
Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas
que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva
radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y
mujer. (...) No caigamos en el pecado de pretender
sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado
nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos
llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo
aceptarla y respetarla como ha sido creada.» (Amoris laetitia, 56).
«En la lógica del dominio, el dominador también
termina negando su propia dignidad[160],
y en definitiva deja «de identificarse subjetivamente con el propio
cuerpo»[161],
ya que le quita todo significado» (Amoris laetitia, 155).
«En
el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los
Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de
las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe
ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera
remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el
matrimonio y la familia [...] Es inaceptable que las iglesias locales
sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales
condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción
de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo»[278].»
(Amoris laetitia,
251).
«Más
allá de las comprensibles dificultades que cada uno pueda vivir, hay
que ayudar a aceptar el propio cuerpo tal como ha sido creado, porque
«una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una
lógica a veces sutil de dominio sobre la creación [...] También la
valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es
necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente.
De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro
o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente»[304].
Sólo perdiéndole el miedo a la diferencia, uno puede terminar de
liberarse de la inmanencia del propio ser y del embeleso por sí mismo.
La educación sexual debe ayudar a aceptar el propio cuerpo, de manera
que la persona no pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no
sabe confrontarse con la misma»[305].»
(Amoris laetitia,
285).
«Existen
colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del
sueño, de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos
da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones. No perdamos
la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia.
(…) como familia tenemos que ser muy, muy sagaces, muy hábiles,
muy fuertes para decir ‘no’ a cualquier intento de colonización
ideológica sobre la familia.»
(Discurso en el Encuentro con las
familias en el Mall
of Asia Arena, Manila, 16-1-2015).
“Si
el ser humano no redescubre su verdadero lugar, se entiende mal a sí
mismo y termina contradiciendo su propia realidad: «No sólo la tierra
ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la
intención originaria de que es un bien, según la cual le ha sido dada;
incluso el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe
respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado»[93].»
(Laudato Si', n. 115).
“La
ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación
de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia
naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. Decía
Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre» porque «también el
hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede
manipular a su antojo»[120].
En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en
una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes.
La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para
acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común,
mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en
una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a
recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es
esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del
propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para
reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo
es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra,
obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no
es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque
ya no sabe confrontarse con la misma»[121].»”
(Laudato Si', n. 155).
Papa Benedicto XVI
«El
gran rabino de Francia, Gilles Bernheim, en un tratado cuidadosamente
documentado y profundamente conmovedor, ha mostrado que el atentado, al
que hoy estamos expuestos, a la auténtica forma de la familia,
compuesta por padre, madre e hijo, tiene una dimensión aún más
profunda. Si hasta ahora habíamos visto como causa de la crisis de la
familia un malentendido de la esencia de la libertad humana, ahora se
ve claro que aquí está en juego la visión del ser mismo, de lo que
significa realmente ser hombres. Cita una afirmación que se ha hecho
famosa de Simone de Beauvoir: «Mujer no se nace, se hace» (“On ne naît
pas femme, on le devient”). En estas palabras se expresa la base de lo
que hoy se presenta bajo el lema «gender» como una nueva
filosofía de la sexualidad. Según esta filosofía, el sexo ya no es un
dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar
personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide
autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía.
La falacia profunda de esta teoría y de la revolución antropológica que
subyace en ella es evidente. El hombre niega tener una naturaleza
preconstituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega
la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho
preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear. Según el
relato bíblico de la creación, el haber sido creada por Dios como varón
y mujer pertenece a la esencia de la criatura humana. Esta dualidad es
esencial para el ser humano, tal como Dios la ha dado. Precisamente
esta dualidad como dato originario es lo que se impugna. Ya no es
válido lo que leemos en el relato de la creación: «Hombre y mujer los
creó» (Gn 1,27). No, lo que vale ahora es que no ha sido Él
quien los creó varón o mujer, sino que hasta ahora ha sido la sociedad
la que lo ha determinado, y ahora somos nosotros mismos quienes hemos
de decidir sobre esto. Hombre y mujer como realidad de la creación,
como naturaleza de la persona humana, ya no existen. El hombre niega su
propia naturaleza. Ahora él es sólo espíritu y voluntad. La
manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere
al medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre
respecto a sí mismo. En la actualidad, existe sólo el hombre en
abstracto, que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra
cosa como naturaleza suya. Se niega a hombres y mujeres su exigencia
creacional de ser formas de la persona humana que se integran
mutuamente. Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como
dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad
preestablecida por la creación. Pero, en este caso, también la prole ha
perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular
dignidad que le es propia. Bernheim muestra cómo ésta, de sujeto
jurídico de por sí, se convierte ahora necesariamente en objeto, al
cual se tiene derecho y que, como objeto de un derecho, se puede
adquirir. Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de
hacerse por uno mismo, se llega necesariamente a negar al Creador mismo
y, con ello, también el hombre como criatura de Dios, como imagen de
Dios, queda finalmente degradado en la esencia de su ser. En la lucha
por la familia está en juego el hombre mismo. Y se hace evidente que,
cuando se niega a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre.
Quien defiende a Dios, defiende al hombre.» (Discurso a la Curia Romana con motivo de
las felicitaciones navideñas,
21-12-2012).
«La
importancia de la ecología es hoy indiscutible. Debemos escuchar el
lenguaje de la naturaleza y responder a él coherentemente. Sin embargo,
quisiera afrontar seriamente un punto que – me parece – se ha olvidado
tanto hoy como ayer: hay también una ecología del hombre. También el
hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede
manipular a su antojo. El hombre no es solamente una libertad que él se
crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y
voluntad, pero también naturaleza, y su voluntad es justa cuando él
respeta la naturaleza, la escucha, y cuando se acepta como lo que es, y
admite que no se ha creado a sí mismo. Así, y sólo de esta manera, se
realiza la verdadera libertad humana.» (Discurso en la
Visita al Parlamento Federal en el Reichstag de Berlín,
22-9-2011).
«Cuando
la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano como hombre y mujer, y
pide que se respete este orden de la creación, no es una metafísica
superada. Aquí, de hecho, se trata de la fe en el Creador y de escuchar
el lenguaje de la creación, cuyo desprecio sería una autodestrucción
del hombre y, por tanto, una destrucción de la obra misma de Dios.
Lo que
con frecuencia se expresa y entiende con el término "gender", se
reduce en definitiva a la auto-emancipación del hombre de la creación y
del Creador. El hombre quiere hacerse por sí solo y disponer siempre y
exclusivamente por sí solo de lo que le atañe. Pero de este modo vive
contra la verdad, vive contra el Espíritu creador. Ciertamente, los
bosques tropicales merecen nuestra protección, pero también la merece
el hombre como criatura, en la que está inscrito un mensaje que no
significa contradicción de nuestra libertad, sino su condición.»
(Discurso a la Curia romana con
ocasión del intercambio
de felicitaciones por la Navidad, 22 de diciembre de 2008).
«La
diferencia sexual que caracteriza el cuerpo del hombre y de la mujer no
es un simple dato biológico, sino que reviste un significado mucho más
profundo: expresa la forma del amor con la que el hombre y la
mujer llegan a ser —como dice la sagrada Escritura— una sola carne,
pueden realizar una auténtica comunión de personas abierta a la
transmisión de la vida y cooperan de este modo con Dios en la
procreación de nuevos seres humanos.» (Discurso a los
participantes en un Congreso internacional organizado por el Instituto
Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia, 11
de
mayo de 2006).
Papa San Juan Pablo II
«"Dios
creó al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y
los creó varón y mujer" (Gen 1, 27). En esta frase
impresiona el triple uso del verbo "creó" (bará), que parece dar
testimonio de una especial importancia e "intensidad" del acto creador.
Esta misma indicación parece que debe deducirse del hecho de que,
mientras cada uno de los días de la creación se concluye con la
anotación: "Vio Dios ser bueno" (cf. Gen 1, 3. 10. 12. 18. 21.
25), después de la creación del hombre, el sexto día, se dice
que "vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho" (Gen 1,
31).» (Audiencia General,
9-4-1986).
«38. Además de
la destrucción irracional del ambiente natural hay que recordar aquí la
más grave aún del ambiente humano, al que, sin embargo, se
está lejos de prestar la necesaria atención. Mientras nos preocupamos
justamente, aunque mucho menos de lo necesario, de preservar los
«habitat» naturales de las diversas especies animales amenazadas de
extinción, porque nos damos cuenta de que cada una de ellas aporta su
propia contribución al equilibrio general de la tierra, nos esforzamos
muy poco por salvaguardar las condiciones morales de una auténtica
«ecología humana». No sólo la tierra ha sido dada por Dios al
hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de que
es un bien, según la cual le ha sido dada; incluso el hombre es para sí
mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural
y moral de la que ha sido dotado. Hay que mencionar en este contexto
los graves problemas de la moderna urbanización, la necesidad de un
urbanismo preocupado por la vida de las personas, así como la debida
atención a una «ecología social» del trabajo.
El hombre recibe de Dios su
dignidad esencial y con ella la capacidad de trascender todo
ordenamiento de la sociedad hacia la verdad y el bien. Sin embargo,
está condicionado por la estructura social en que vive, por la
educación recibida y por el ambiente. Estos elementos pueden facilitar
u obstaculizar su vivir según la verdad. Las decisiones, gracias a las
cuales se constituye un ambiente humano, pueden crear estructuras
concretas de pecado, impidiendo la plena realización de quienes son
oprimidos de diversas maneras por las mismas. Demoler tales estructuras
y sustituirlas con formas más auténticas de convivencia es un cometido
que exige valentía y paciencia 77.
39. La primera estructura
fundamental a favor de la «ecología humana» es la familia, en
cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el
bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué
quiere decir en concreto ser una persona. Se entiende aquí la familia
fundada en el matrimonio, en el que el don recíproco de sí por parte
del hombre y de la mujer crea un ambiente de vida en el cual el niño
puede nacer y desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su
dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible. En
cambio, sucede con frecuencia que el hombre se siente desanimado a
realizar las condiciones auténticas de la reproducción humana y se ve
inducido a considerar la propia vida y a sí mismo como un conjunto de
sensaciones que hay que experimentar más bien que como una obra a
realizar. De aquí nace una falta de libertad que le hace renunciar al
compromiso de vincularse de manera estable con otra persona y engendrar
hijos, o bien le mueve a considerar a éstos como una de tantas «cosas»
que es posible tener o no tener, según los propios gustos, y que se
presentan como otras opciones.
Hay que volver a considerar
la familia como el santuario de la vida. En efecto, es
sagrada: es el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y
protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que está
expuesta, y puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico
crecimiento humano. Contra la llamada cultura de la muerte, la familia
constituye la sede de la cultura de la vida.
El ingenio del hombre
parece orientarse, en este campo, a limitar, suprimir o anular las
fuentes de la vida, recurriendo incluso al aborto, tan extendido por
desgracia en el mundo, más que a defender y abrir las posibilidades a
la vida misma. En la encíclica Sollicitudo
rei socialis han sido denunciadas las campañas sistemáticas
contra la natalidad, que, sobre la base de una concepción deformada del
problema demográfico y en un clima de «absoluta falta de respeto por la
libertad de decisión de las personas interesadas», las someten
frecuentemente a «intolerables presiones... para plegarlas a esta forma
nueva de opresión»78.
Se trata de políticas que con técnicas nuevas extienden su radio de
acción hasta llegar, como en una «guerra química», a envenenar la vida
de millones de seres humanos indefensos.
Estas críticas van
dirigidas no tanto contra un sistema económico, cuanto contra un
sistema ético-cultural. En efecto, la economía es sólo un aspecto y una
dimensión de la compleja actividad humana. Si es absolutizada, si la
producción y el consumo de las mercancías ocupan el centro de la vida
social y se convierten en el único valor de la sociedad, no subordinado
a ningún otro, la causa hay que buscarla no sólo y no tanto en el
sistema económico mismo, cuanto en el hecho de que todo el sistema
sociocultural, al ignorar la dimensión ética y religiosa, se ha
debilitado, limitándose únicamente a la producción de bienes y
servicios 79.
Todo esto se puede resumir
afirmando una vez más que la libertad económica es solamente un
elemento de la libertad humana. Cuando aquella se vuelve autónoma, es
decir, cuando el hombre es considerado más como un productor o un
consumidor de bienes que como un sujeto que produce y consume para
vivir, entonces pierde su necesaria relación con la persona humana y
termina por alienarla y oprimirla 80.»
(Centesimus Annus, 38-39).
«Las
palabras pronunciadas por Cristo sobre la resurrección nos permiten
deducir que la dimensión de masculinidad y feminidad —esto es, el ser
en el cuerpo varón y mujer— quedará nuevamente constituida juntamente
con la resurrección del cuerpo en el "otro siglo". (...) En
es otro mundo, la patria definitiva del hombre, que llamamos reino de
Dios o casa del Padre, entraremos en la dimensión eterna del ser humano
mediante la resurrección. Será una dimensión y estado nuevo de vida, en
el que el cuerpo del hombre y de la mujer, mantendrá sus peculiaridades
propias, revestido de inmortalidad y con una espiritualización de la
naturaleza humana, que lo hará semejante a los ángeles.» (Audiencia general, 2-12-1981).
«Frente a esta
amplitud de campos de lucha antiguos y nuevos, donde se configuran «amenazas
programadas de manera científica y sistemática» (Evangelium
vitae, 17), es necesario juntar las fuerzas, unir las
inteligencias y establecer estrategias comunes armoniosas y eficaces.
5. Vuestra misión se abre
ante un horizonte realmente vasto, que implica también promover el
valor insustituible de la educación de los jóvenes y de las familias en
el amor verdadero, fiel y casto. No es realista pensar que se afirme
una cultura de la vida si falta una seria educación de las
conciencias y en particular, si no hay una real orientación
afectiva hacia los valores de la familia. Estos presupuestos son
cada vez más importantes en una verdadera estrategia de defensa de la
vida.
En ese marco, la
familia y la vida constituyen un binomio inseparable y del mismo
modo, el amor casto y fiel es el primer nivel y la condición
insustituible de la cultura de la vida.
(…)
será singularmente valiosa la contribución que
prestan los intelectuales, los juristas y los profesionales de la
medicina, así como sigue siendo indispensable la aportación de los
formadores de los jóvenes y de los responsables de los movimientos
educativos, una vez que hayan profundizado, ellos mismos en primer
lugar, las exigencias inderogables de la moral en defensa de la vida
humana. Os exhorto a acompañar con particular atención a los
adolescentes y a los jóvenes en las escuelas, para que puedan recibir
una presentación adecuada de los valores morales, civiles y religiosos,
que son coherentes con la dignidad de la persona humana y con la
defensa y la promoción de la vida.
También
es urgente prestar atención a lo que sucede en los Parlamentos, donde
van manifestándose orientaciones legislativas en el ámbito del
bioderecho y de la protección de la corporeidad humana y de la familia,
que incluyen aspectos preocupantes. Cuantos tienen verdadero interés
por la dignidad de la persona y el destino futuro de la humanidad, no
pueden renunciar a su deber de vigilar y actuar.». (Discurso a los participantes en el III
Congreso de los movimientos en
favor de la vida, 3-10-1995).
*******
Algunos
otros documentos
Santa Sede
» Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2331-2335 y 2357-2359.
» Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 492.
» Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, nn. 224 y 228.
Pontificio Consejo "Justicia y Paz".
» Discurso a los participantes en la Plenaria del Consejo
Pontificio “Cor Unum”
19-1-2013. Benedicto XVI.
» Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de la Paz 2013,
Bienaventurados los que trabajan por la paz.
1-1-2013. Benedicto XVI.
» Discurso a la Curia romana con ocasión de las felicitaciones
de Navidad.
21-12-2012. Benedicto XVI.
» Notificación acerca del libro Just love. A Framework for
Christian Sexual Ethics
de Sor Margaret A. Farley, R.S.M.
30-3-2012. Congregación para la Doctrina de la Fe.
» En busca de una ética universal: nueva mirada sobre la ley
natural, n. 80.
2009. Comisión Teológica Internacional.
» Discurso a la Curia romana con ocasión del intercambio de
felicitaciones por la Navidad.
22-12-2008. Benedicto XVI
» Mensaje a un Congreso con ocasión del 20 aniversario de la "Familiaris
consortio".
22-11-2001. San Juan Pablo II
» Notificación sobre algunos escritos del Rvdo. P. Marciano
Vidal, C.Ss.R., n. 2
22-2-2001. Congregación para la Doctrina de la Fe.
» Familia y Derechos Humanos.
15-11-2000. Pontificio Consejo para la Familia
» Notificación sobre los escritos y las actividades de la
Hermana Jeannine
Gramick, S.N.D. y del Padre Robert Nugent, S.D.S.
31-5-1999. Congregación para la Doctrina
de la Fe.
» Sexualidad Humana: Verdad y Significado, n. 104.
8-12-1995. Pontificio Consejo para la Familia
» Carta de
los Agentes Sanitarios, 1995, en español n. 66 y nota 148
“Medicina y cirugía transexual”.
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes
Sanitarios, 1995
» Encíclica Veritatis splendor, n. 49
6-8-1993. San Juan Pablo II.
» Nota
referente al libro «The Sexual Creators. An Ethical proposal for
Concerned
Christians» (University Press of America, Lanham-New
York-London 1986) del
P. André Guindon, O.M.I.
31-1-1992. Congregación para la Doctrina de la Fe.
» Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales.
1-10-1986. Congregación para la Doctrina de la Fe.
» Orientaciones educativas sobre el amor humano
Pautas de educación sexual, nn. 101-102.
1-11-1983. Congregación para la Educación Católica.
» Declaración acerca de ciertas cuestiones de ética sexual –
Persona humana.
29-12-1975. Congregación para la Doctrina de la Fe.
Sobre el
discernimiento vocacional en relación
con las personas de
tendencias homosexuales:
» Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis
«El Don de la vocación presbiteral», pág. 83-84.
8-12-2016. Congregación para el Clero
» Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional
en relación con las
personas de tendencias homosexuales antes de su admisión
al seminario
y a las órdenes sagradas.
04-11-2005. Congregación para la Educación Católica.
» Respuesta a la pregunta sobre si es lícito que un Obispo
diocesano ordene al sagrado presbiterado a un varón que
manifieste propensiones llamadas homosexuales
16-05-2002. Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos
(en italiano en Notitiae 436, diciembre de 2002,
Ciudad del Vaticano, pág. 586).
Sobre el
reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo
y la posibilidad de
adopción de niños en el contexto de las relaciones homosexuales:
» Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado
ante la Santa Sede
con motivo de las felicitaciones de Año Nuevo (párrafo
décimo).
11-01-2010. Benedicto XVI.
» Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento
legal
de las uniones entre personas homosexuales.
31 de julio de 2003. Congregación
para la Doctrina de la Fe.
» Familia, matrimonio y “uniones de hecho”, n. 23.
21-11-2000. Pontificio Consejo para la Familia.
» Algunas consideraciones concernientes a la Respuesta a
propuestas
de ley sobre la no discriminación de las personas
homosexuales
23 de julio de 1992. Congregación para la
Doctrina de la Fe.
Conferencia Episcopal Española
» Nota sobre la legislación familiar y la crisis económica.
22-11-2012. C Asamblea Plenaria de la Conferencia
Episcopal Española.
» Nota sobre el matrimonio y el fallo del Tribunal
Constitucional.
8-11-2012. Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal
Española.
» La verdad del amor humano.
Orientaciones sobre el amor conyugal,
la ideología de género y la legislación familiar.
Documento aprobado el 26 de abril de 2012 por la XCIX
Asamblea Plenaria de la
Conferencia Episcopal Española.
» Orientaciones acerca del modo de proceder ante algunas
implicaciones en el
ordenamiento canónico de la ley reguladora de la
rectificación registral de la mención
relativa al sexo de las personas.
Aprobadas por la XCI Asamblea Plenaria de la
Conferencia Episcopal Española
celebrada entre los días 3 al 7 de marzo de
2008
» Hombre y mujer los creó
26-12-2004. Nota de los Obispos de la Subcomisión
Episcopal para
la Familia y la Defensa de la Vida.
» En favor del verdadero matrimonio.
15-7-2004. Nota del Comité Ejecutivo de la Conferencia
Episcopal Española.
» Matrimonio, familia y uniones homosexuales.
24-6-1994. Nota de la Comisión Permanente de la
Conferencia Episcopal Española.
Obispos / Diócesis
» Cardenal
Jorge Mario Bergoglio, s.j., Arzobispo de Buenos Aires
Carta
a las Monjas Carmelitas sobre el matrimonio entre personas del mismo
sexo Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos, Aires, Julio de
2010, páginas
227-232
» Mons. Juan Antonio Reig Pla,
Obispo de Alcalá de Henares.
Sobre la
ideología de género, las teorías queer y cyborg, transhumanismo y posthumanismo,
capitalismo tecno-nihilista y la llamada tecno-redención:
» Misericordia
con todos, también con los embriones, 23-2-2016
» Los
retos de la familia en el contexto actual, 8-5-2017
» Edificar
la Iglesia doméstica. Prácticas familiares para habitar en la Iglesia,
28-6-2017
» Tiempo
de sanación, no de lamentaciones. Nota sobre la «Ley de
protección integral contra la LGTBIfobia y la
discriminación por razón de
orientación e identidad sexual en la Comunidad de Madrid»
Obispos de Alcalá de Henares y Getafe, 7-8-2016
» Reflexiones
pastorales sobre la «Ley de Identidad y Expresión de
Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad Autónoma
de
Madrid»
Obispos de Alcalá de Henares y Getafe, 21-3-2016
» Transexualidad
Cardenal Elio Sgreccia, Presidente Emérito de la Pontificia
Academia para la Vida
En Manual de bioética. II: Aspectos médico-sociales, p.
169-278
Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), editorial de
la Conferencia Episcopal
Española (CEE), Madrid 2014
» » » Índice del libro
» Carta
de Mons. Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba.
“La ideología de género rompe la familia”
3-1-2013.
» Entrevista a Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá
de Henares
“La
esperanza no defrauda”
15-11-2012.
» Entrevista a Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá
de Henares
“Itinerarios
de libertad y esperanza”
16-4-2012.
» Situación de la familia en Latinoamérica y el
Caribe, desafíos y oportunidades,
prioridades pastorales, estrategias de colaboración.
29-03-2011. Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo
para la
Familia.
» Homilía de Mons. Demetrio Fernández González, Obispo de
Córdoba.
26-12-2010.
» Sobre la “doble vida” de algunos sacerdotes.
23-7-2010. Comunicado del Vicariato de Roma (en italiano).
» Conferencia del Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del
Consejo Pontificio
para la Familia "La familia escuela de humanidad y vida cristiana".
17-9-2009
» Conferencia del Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del
Consejo Pontificio
para la Familia "El obispo y la pastoral familiar".
16-9-2009
» Conferencia del Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del
Consejo Pontificio
para la Familia "La misión procreativa y educativa de la familia hoy".
17-3-2009
» Formar el corazón: la educación afectiva y de la sexualidad
(apartado
V-3).
La Formación Sacerdotal en los Seminarios de América Latina: actas de
la
reunión plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (17-20
de febrero de
2009).
Intervención de S. Emcia. Card. Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de
Guadalajara
(México).
» Hombre o
mujer: ¿realidad o elección?
21-6-2008. S. Emcia. Cardenal Carlo Caffarra, Arzobispo de Bolonia.
» Entrevista a Mons. Juan Antonio Reig Pla, entonces Obispo de
Segorbe-Castellón,
ahora Obispo de Alcalá de Henares
Febrero de 2005.
Esta
entrevista fue publicada en la revista “Familia et Vita” del
Pontificio
Consejo para la Familia
(Año X 2/2005).
» Identidad y diferencia sexual
2004. S. Emcia. Cardenal Angelo Scola
» Homosexualidad
y esperanza.
19-02-2002. Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, entonces presbítero y
actualmente Obispo de San Sebastián.
» Il transessualismo: aspetti etici
Cardenal Carlo Caffarra, actualmente Arzobispo de Bolonia, fue el
primer Presidente del Pontifico Instituto Juan Pablo II para estudios
para el matrimonio y la familia
En "Medicina e Morale" 4 (1985) 717-723
Anexo. El "lobby de género"
habla de Su Santidad el Papa Francisco: algunos textos
Cardenal
Jorge Mario Bergoglio / Papa Francisco
»
Federación
Argentina LGBT
»
Sociedad
de Integración Gay Lesbiana Argentina
»
www.cristianosgays.com:
«Desaparece el “buen” Francisco y se muestra el verdadero Bergoglio: El
Papa
denomina en Filipinas al matrimonio igualitario como ideología
colonizadora».
»
www.falgbt.org:
«El Papa Francisco vuelve a insultar a lesbianas, gays, bisexuales y
trans
promoviendo el odio y la discriminación».
»
http://ilga-lac.org:
«El Papa Francisco consideró el matrimonio igualitario como “amenaza a
la
familia”».
»
www.dosmanzanas.com:
«Cada vez nos cuesta más dar valor a este tipo de
gestos [acogida del Papa
a una persona con DCS], que proporcionan a Francisco una imagen
“amable” en los
medios pero que a nuestro juicio se revelan expresión de una marcada
hipocresía».
»
www.dosmanzanas.com:
«El papa Francisco arremete contra la “teoría de
género”, que compara a las
armas nucleares».
»
www.dosmanzanas.com:
«El papa Francisco aprovecha su nueva encíclica
“ecologista” para lanzar un
sutil mensaje de LGTBfobia».
»
www.dosmanzanas.com:
«La negativa vaticana a que Álex Salinas sea padrino de
su sobrino confirma
la transfobia de la iglesia de Francisco».
»
www.cristianosgays.com:
«Munilla, Fernández, Cañizares… Más obispos españoles, alentados por
declaraciones tránsfobas del Papa, condenan la ley madrileña contra la
LGTBfobia».
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